
Algunos días atrás, en unas de las visitas pastorales a nuestros jóvenes; comentábamos la necesidad de ser honestos y sinceros en nuestras relaciones interpersonales dentro de la iglesia y fuera de ella. A veces en la iglesia enseñamos, conciente o inconcientemente, a no ser transparente, honestos y sinceros con nuestros sentimientos.
Por ejemplo: “Estamos de retiro en la iglesia desde muy temprano sin comer nada y la actividad se alarga hasta mas de las 3:00 de la tarde, curiosamente alguien se para frente a todos y pregunta: ¿Cuáles tienen hambre? 1º este tipo de pregunta siempre estará fuera de lugar. 2º si estamos desde la mañana sin comer, obviamente que la respuesta es un rotundo SI. Pero nadie se atreve a responder: “Amén, yo tengo hambre!!” Por que si lo dice, todos lo miraríamos como diciendo que poco espiritual es, que carnal y falta de visión. Entonces tenemos que actuar como si no tuviéramos hambre”.
Otro ejemplo: “la actividad inicia una hora después de lo que fue planeada, es aproximadamente la media noche y otra vez alguien se para frente a todos y pregunta: ¿Cuáles se quieren ir? Nadie se atreve a responder positivamente, aunque tenga que irse por que vive lejos, no hay transporte y es peligrosísimo caminar a esa hora. Entonces tenemos que actuar como que no queremos irnos”. Podríamos mencionar mas ejemplo pero creo que estos ilustran lo que quiero enfatizar.
A veces en nuestras relaciones con los demás actuamos algo parecido a lo antes escrito, por ejemplo: “Nos llegan algunas personas de visita a la casa, pasa el tiempo y se está haciendo muy tarde. Pero en vez de decirle con honestidad y amabilidad: “Gracias por visitarnos pero es muy tarde, mañana tenemos que trabajar, estudiar, etc. Otro día continuamos con la conversación”. En estos casos no somos honestos sino que nos convertimos en actores, comenzamos a cerrar las ventanas como para que se den cuentan que estamos cansados o apagamos algunas luces, etc. Cuando fácilmente con haberlo dicho sinceramente se hubiera resuelto esta situación que a todos nos ha pasado.
Esto de actuar no es nuevo, en la Biblia encontramos esta palabra que Jesús, nuestro amado Señor, fue el que la usó en el nuevo testamento.
Para recordar, en la cultura judía es costumbre que la madre en el hogar le enseñe a sus hijos a leer, a escribir, a tener buenas costumbres, etc. para que puedan seguir relacionándose y aprendiendo en la vida. El padre le enseñaba entre otras cosas un oficio, esto para que puedan vivir y ser prósperos. En el caso de Jesucristo no fue diferente, aprendió y fue carpintero, aprendió a trabajar la madera y creo que lo hacía muy bien por que fue conocido como el carpintero. Marcos 6:3
Por las costumbres griegas y romanas abundaban los anfiteatros y creo que José y Jesús participaron en los trabajos de algunos de ellos. Así que Jesús conoció que para nosotros es muy fácil decir una cosa y ser otra. Eso es actuar.
Busqué en el diccionario que quería decir Hipócrita y es sinónimo de actuar, si como los actores de los anfiteatros.
De la palabra griega jupokrites, denota en primer lugar a uno que responde; luego, a un actor en escena. Era costumbre entre los actores griegos y romanos hablar en grandes máscaras con dispositivos mecánicos para aumentar la potencia de la voz; de ahí este término vino a usarse para denotar a un engañador, un simulador, un hipócrita. Se halla solo en los Evangelios Sinópticos, y siempre usado por el Señor; quince veces en Mateo; los otros pasajes son: (Mateo 23; Marcos7.6; Lucas 6:42; 11.44; 12.56; 13.15).
Apliquemos cada día ser honestos y sinceros con todos, esto nos ayudará a ser fieles en nuestras convicciones. Recuerden que en el cielo no habrá oscares a los mejores actores sino todo lo contrario, serán premiado aquellos limpios de corazón(vida sincera).
Por ejemplo: “Estamos de retiro en la iglesia desde muy temprano sin comer nada y la actividad se alarga hasta mas de las 3:00 de la tarde, curiosamente alguien se para frente a todos y pregunta: ¿Cuáles tienen hambre? 1º este tipo de pregunta siempre estará fuera de lugar. 2º si estamos desde la mañana sin comer, obviamente que la respuesta es un rotundo SI. Pero nadie se atreve a responder: “Amén, yo tengo hambre!!” Por que si lo dice, todos lo miraríamos como diciendo que poco espiritual es, que carnal y falta de visión. Entonces tenemos que actuar como si no tuviéramos hambre”.
Otro ejemplo: “la actividad inicia una hora después de lo que fue planeada, es aproximadamente la media noche y otra vez alguien se para frente a todos y pregunta: ¿Cuáles se quieren ir? Nadie se atreve a responder positivamente, aunque tenga que irse por que vive lejos, no hay transporte y es peligrosísimo caminar a esa hora. Entonces tenemos que actuar como que no queremos irnos”. Podríamos mencionar mas ejemplo pero creo que estos ilustran lo que quiero enfatizar.
A veces en nuestras relaciones con los demás actuamos algo parecido a lo antes escrito, por ejemplo: “Nos llegan algunas personas de visita a la casa, pasa el tiempo y se está haciendo muy tarde. Pero en vez de decirle con honestidad y amabilidad: “Gracias por visitarnos pero es muy tarde, mañana tenemos que trabajar, estudiar, etc. Otro día continuamos con la conversación”. En estos casos no somos honestos sino que nos convertimos en actores, comenzamos a cerrar las ventanas como para que se den cuentan que estamos cansados o apagamos algunas luces, etc. Cuando fácilmente con haberlo dicho sinceramente se hubiera resuelto esta situación que a todos nos ha pasado.
Esto de actuar no es nuevo, en la Biblia encontramos esta palabra que Jesús, nuestro amado Señor, fue el que la usó en el nuevo testamento.
Para recordar, en la cultura judía es costumbre que la madre en el hogar le enseñe a sus hijos a leer, a escribir, a tener buenas costumbres, etc. para que puedan seguir relacionándose y aprendiendo en la vida. El padre le enseñaba entre otras cosas un oficio, esto para que puedan vivir y ser prósperos. En el caso de Jesucristo no fue diferente, aprendió y fue carpintero, aprendió a trabajar la madera y creo que lo hacía muy bien por que fue conocido como el carpintero. Marcos 6:3
Por las costumbres griegas y romanas abundaban los anfiteatros y creo que José y Jesús participaron en los trabajos de algunos de ellos. Así que Jesús conoció que para nosotros es muy fácil decir una cosa y ser otra. Eso es actuar.
Busqué en el diccionario que quería decir Hipócrita y es sinónimo de actuar, si como los actores de los anfiteatros.
De la palabra griega jupokrites, denota en primer lugar a uno que responde; luego, a un actor en escena. Era costumbre entre los actores griegos y romanos hablar en grandes máscaras con dispositivos mecánicos para aumentar la potencia de la voz; de ahí este término vino a usarse para denotar a un engañador, un simulador, un hipócrita. Se halla solo en los Evangelios Sinópticos, y siempre usado por el Señor; quince veces en Mateo; los otros pasajes son: (Mateo 23; Marcos7.6; Lucas 6:42; 11.44; 12.56; 13.15).
Apliquemos cada día ser honestos y sinceros con todos, esto nos ayudará a ser fieles en nuestras convicciones. Recuerden que en el cielo no habrá oscares a los mejores actores sino todo lo contrario, serán premiado aquellos limpios de corazón(vida sincera).
J&A
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