
Cuando el control remoto no hace lo que queremos, inmediatamente como maníaco nos acercamos al electrodoméstico que queremos controlar poniendo el control en todos los ángulos posibles(de frente, arriba, abajo, de lado,etc.), si esto no resulta miramos el control de manera amenazadora e inmediatamente comenzamos a pulsar botones que ni nos imaginábamos que existieran, pero lo pulsamos con tal fuerza que nos duelen los dedos, como ultima alternativa y con el sudor que corre por la frente, victima de nuestra impotencia, se procede a golpear el piso, las paredes, todo lo que creemos nos ayudará y lo que antes era un inofensivo control remoto lo convertimos en un martillo o peor aun en una herramienta de demolición, pero cuando parece que caemos de rodillas vencidos (como cuando un gladiador cae devastado después de un día entero de batalla enfrentando las huestes enemigas) se nos ocurre cambiar las pilas( baterías) del control o mejor aun se nos ocurre cambiar de control por que nos damos cuenta que el que teniamos era el equivocado.
Nos gusta tener el control y cuando no lo tenemos nos desesperamos. Talvez no logramos más, por que nos sentimos tranquilos en nuestra zona de seguridad; suponemos que todo estará bien si tenemos el control.
De algo estoy seguro y es que cuando Dios llega; siempre lo estático se torna dinámico. Por ejemplo:
Job, hombre próspero y con familia estable, ofrecía sacrificio por si acaso él y sus hijos pecaban. Parecía que todo estaba bajo control, es bien conocida su historia y al final el confesó que de oído había conocido a Dios pero sus ojos pudieron verlo cuando entregó el control.
Elías, levantado para volver el corazón del pueblo hebreo(Israel) hacia Dios, en un momento pensó que después que el fuego cayó desde el cielo y consumió el holocausto todo estaba terminado, pero él no tenía el control debía levantarse y comer por que largo camino le esperaba.
Nosotros, comisionados y enviados a discipular a todas las naciones con las buenas nuevas de salvación, muchas veces hacemos nuestras agendas, fabricamos nuestros propios planes, definimos como queremos nuestro futuro y mucho después de tener fríamente calculada y controlada todas las cosas le pedimos a Dios que bendiga nuestros “controlados” planes.
Es que acaso creemos que somos diferentes? Creemos que Dios cambió de mando? El futuro nos causa inseguridad, temor, ansiedad, los cambios conllevan riesgos, etc. pero nuestro Dios es eternamente amoroso vamos a confiar en su perfecta voluntad para nosotros.
“...Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”. Romanos 8:28
“Dad gracias en todo; porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.” 1 Tesalonicenses 5:18
"A Matthew Henry una vez le robaron su billetera. Sabiendo que debía dar gracias en todo, escribió lo siguiente en su diario:
Debo estar agradecido:
Primero, porque él nunca antes me robó
Segundo, porque aunque él tomó mi billetera, no tomó mi vida
Tercero, porque aunque tomó todo lo que poseía, ello no era mucho;
Cuarto, porque fui el robado, no el que robó.
Matthew Henry (1662-1714) Comentador de la Biblia".
Permitamos que nuestra vida descanse en las manos de nuestro señor Jesucristo, El sí que sabe tener el control.
J&A
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