En todo nuestro entorno a las cosas sin vida se le llaman objetos inanimados y aquellas que tienen vida se le denominan seres vivos, y las personas pertenecemos los últimos. Las características de los seres vivos es que nacen, crecen se reproducen y mueren. Esto es conocido como ciclo de vida y afecta a los seres humanos, animales y plantas.
Cuando se es niño se utilizan los hábitos de niños, ropas de niños, comida de niños, etc. El apóstol Pablo les dice a los hermanos de corintos que como es preciso crecer en el desarrollo corporal y mental, también se crece en madurez en el conocimiento de Dios mientras estemos vivos…“Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; más cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño”...Co.13:11
Mientras es tratado el tema de crecer en la obra de Dios, la evangelización y las misiones mundiales, son recurrentes los tema de Discipular, Células, Grupos de estudios, etc. Algo verdadero es lo que el señor Jesucristo refirió cuando dijo:”...No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino hagan tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”.Mat 6:19-21
Al crecer todos tenemos INTERESES (tesoros) particulares, a los cuales les dedicamos nuestro esfuerzo. Acerca del interés el diccionario dice: “es la inclinación del ánimo hacia algo o alguien”. Entonces donde estén nuestros intereses está nuestro corazón.
El interés es la inclinación interna del ánimo humano que en consecuencia se muestran externamente en acciones
Como saber donde está nuestro corazón? Sabiendo donde están nuestros intereses. Por ejemplo que tiempo dedicamos al deporte, al trabajo, a las riquezas, etc. Imaginemos que alguien mira lo que hicimos esta semana ¿En que usaste tu tiempo, tu esfuerzo y tu dinero? ¿Cuantas veces compartiste el evangelio con otra persona esta semana? ¿Discipulaste a otra persona esta semana?
Imaginemos que los zapatos que usamos cuando niño hace 10 ó 20 años atrás, fueran los mismos que estuviésemos usando en la actualidad, hubiese pasado una de dos cosas: los zapatos se hubiesen roto o los pies estarían deformados. Lo mismo sería referente a la obra de Dios, su iglesia. Si seguimos usando las mismas herramientas de hace 10 ó 20 años atrás para alcanzar a los perdidos con el evangelio de salvación, pasaría lo mismo: las estructuras eclesiales se romperían o las personas estarían deformadas en su fe.
Todos nosotros dedicamos nuestro tiempo, nuestro esfuerzo y nuestro dinero en aquellas cosas que realmente nos interesa.
J&A
Cuando se es niño se utilizan los hábitos de niños, ropas de niños, comida de niños, etc. El apóstol Pablo les dice a los hermanos de corintos que como es preciso crecer en el desarrollo corporal y mental, también se crece en madurez en el conocimiento de Dios mientras estemos vivos…“Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; más cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño”...Co.13:11
Mientras es tratado el tema de crecer en la obra de Dios, la evangelización y las misiones mundiales, son recurrentes los tema de Discipular, Células, Grupos de estudios, etc. Algo verdadero es lo que el señor Jesucristo refirió cuando dijo:”...No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino hagan tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”.Mat 6:19-21
Al crecer todos tenemos INTERESES (tesoros) particulares, a los cuales les dedicamos nuestro esfuerzo. Acerca del interés el diccionario dice: “es la inclinación del ánimo hacia algo o alguien”. Entonces donde estén nuestros intereses está nuestro corazón.
El interés es la inclinación interna del ánimo humano que en consecuencia se muestran externamente en acciones
Como saber donde está nuestro corazón? Sabiendo donde están nuestros intereses. Por ejemplo que tiempo dedicamos al deporte, al trabajo, a las riquezas, etc. Imaginemos que alguien mira lo que hicimos esta semana ¿En que usaste tu tiempo, tu esfuerzo y tu dinero? ¿Cuantas veces compartiste el evangelio con otra persona esta semana? ¿Discipulaste a otra persona esta semana?
Imaginemos que los zapatos que usamos cuando niño hace 10 ó 20 años atrás, fueran los mismos que estuviésemos usando en la actualidad, hubiese pasado una de dos cosas: los zapatos se hubiesen roto o los pies estarían deformados. Lo mismo sería referente a la obra de Dios, su iglesia. Si seguimos usando las mismas herramientas de hace 10 ó 20 años atrás para alcanzar a los perdidos con el evangelio de salvación, pasaría lo mismo: las estructuras eclesiales se romperían o las personas estarían deformadas en su fe.
Todos nosotros dedicamos nuestro tiempo, nuestro esfuerzo y nuestro dinero en aquellas cosas que realmente nos interesa.
J&A
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