Cuando entramos a la presencia de Dios en oración, somos conciente de dos cosas: lo primero es lo grandioso, excelso, divino, amoroso, misericordioso, etc. que es EL. Lo segundo es la ruina, desaciertos, limitaciones, etc. que hay en nosotros. Pero de algo estoy seguro y es que Dios amorosamente nos mira como sus hijos y el desea que nos miremos, aunque no perfecto, si determinados a seguir el camino a la perfección. No hemos llegado pero tampoco desistimos. No lo somos, pero no nos rendimos a ser como antes. No lo hemos logrado pero seguimos sus pisadas sabiendo que llegaremos.
Es muy importante mantener el equilibrio en todas las cosas, porque si no, abrimos la puerta a Satanás. Una forma de lograr eso es dándonos cuenta de que no hemos llegado a la perfección, que necesitamos crecer más, pero que mientras tanto, estamos bien. Es verdad que debemos seguir avanzando firmemente, pero gracias a Dios no tenemos que odiarnos y rechazarnos, mientras tratamos de llegar a nuestro destino. ¿Cuál es la actitud cristiana normal y saludable respecto de uno mismo? algunos pensamientos que reflejan ese tipo de equilibrio entre nuestra sana auto percepción y nuestro Dios.
Debemos decir:
Es muy importante mantener el equilibrio en todas las cosas, porque si no, abrimos la puerta a Satanás. Una forma de lograr eso es dándonos cuenta de que no hemos llegado a la perfección, que necesitamos crecer más, pero que mientras tanto, estamos bien. Es verdad que debemos seguir avanzando firmemente, pero gracias a Dios no tenemos que odiarnos y rechazarnos, mientras tratamos de llegar a nuestro destino. ¿Cuál es la actitud cristiana normal y saludable respecto de uno mismo? algunos pensamientos que reflejan ese tipo de equilibrio entre nuestra sana auto percepción y nuestro Dios.
Debemos decir:
(Libro: CÓMO TENER ÉXITO EN ACEPTARTE A TI MISMO JOYCE MEYER)
1. Sé que Dios me creó, y que Él me ama.
2. Tengo faltas y debilidades, y quiero cambiar. Creo que Dios está trabajando en mi vida. Me está transformando poco a poco, día a día. Mientras Él hace eso, igual puedo gozar de quién soy y de mi vida.
3. Todos tienen faltas, por lo tanto yo no soy un completo fracaso simplemente por el hecho de que no soy perfecto.
4. Trabajaré con Dios para superar mis debilidades, pero tengo que darme cuenta de que siempre habrá algo que tengo que superar; por lo tanto, no me desanimaré cuando Dios me haga ver áreas en mi vida que necesitan cambios.
5. Quiero hacer feliz a la gente y deseo que me quieran, pero mi sentido de valor no depende de lo que otros piensen de mí. Jesús ya demostró el valor que tengo por Su buena voluntad de morir por mí.
6. No me dejaré controlar por lo que la gente diga, piense o haga. Aunque me rechacen totalmente, sobreviviré. Dios ha prometido no rechazarnos y no condenarnos siempre y cuando sigamos creyendo (Juan 6:29)
7. No importa cuan a menudo tenga caídas, no me daré por vencido, porque Dios está conmigo para fortalecerme y sostenerme. Él ha prometido que nunca nos dejará ni abandonará (Hebreos 13:5).
8. Me quiero como soy. No me gusta todo lo que hago, y deseo cambiar, pero me rehúso a rechazarme.
9. Estoy bien con Dios a través de Jesucristo.
10. Dios tiene un buen plan para mi vida. Voy a llegar a mi destino y ser todo lo que puedo ser para Su gloria. Tengo dones y talentos que Dios me ha dado, y me propongo usarlos para ayudar a los demás.
11. ¡No soy nada, y sin embargo soy todo! En mis propias fuerzas no soy nada, pero en Jesucristo soy todo lo que necesito ser.
12. Puedo hacer todo lo que necesite hacer, todo lo que Dios me llame a hacer, a través de Su hijo Jesucristo (Filipenses 4:13).
1. Sé que Dios me creó, y que Él me ama.
2. Tengo faltas y debilidades, y quiero cambiar. Creo que Dios está trabajando en mi vida. Me está transformando poco a poco, día a día. Mientras Él hace eso, igual puedo gozar de quién soy y de mi vida.
3. Todos tienen faltas, por lo tanto yo no soy un completo fracaso simplemente por el hecho de que no soy perfecto.
4. Trabajaré con Dios para superar mis debilidades, pero tengo que darme cuenta de que siempre habrá algo que tengo que superar; por lo tanto, no me desanimaré cuando Dios me haga ver áreas en mi vida que necesitan cambios.
5. Quiero hacer feliz a la gente y deseo que me quieran, pero mi sentido de valor no depende de lo que otros piensen de mí. Jesús ya demostró el valor que tengo por Su buena voluntad de morir por mí.
6. No me dejaré controlar por lo que la gente diga, piense o haga. Aunque me rechacen totalmente, sobreviviré. Dios ha prometido no rechazarnos y no condenarnos siempre y cuando sigamos creyendo (Juan 6:29)
7. No importa cuan a menudo tenga caídas, no me daré por vencido, porque Dios está conmigo para fortalecerme y sostenerme. Él ha prometido que nunca nos dejará ni abandonará (Hebreos 13:5).
8. Me quiero como soy. No me gusta todo lo que hago, y deseo cambiar, pero me rehúso a rechazarme.
9. Estoy bien con Dios a través de Jesucristo.
10. Dios tiene un buen plan para mi vida. Voy a llegar a mi destino y ser todo lo que puedo ser para Su gloria. Tengo dones y talentos que Dios me ha dado, y me propongo usarlos para ayudar a los demás.
11. ¡No soy nada, y sin embargo soy todo! En mis propias fuerzas no soy nada, pero en Jesucristo soy todo lo que necesito ser.
12. Puedo hacer todo lo que necesite hacer, todo lo que Dios me llame a hacer, a través de Su hijo Jesucristo (Filipenses 4:13).
J&A
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