Todos aquellos que hemos recibido, por la gracia de Dios, la palabra del evangelio, estamos comprometidos a mostrar un cambio radical en nuestro estilo de vida. Debe haber coherencia entre nuestras palabras y nuestra manera de vivir. Cristo dijo: “No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento. (Luc.5:32)
La palabra en griego (μετανοῖεν, metanoien) tiene una connotación, más que un sentimiento de culpa o remordimiento por haber actuado mal, hace referencia a un cambio de dirección significativo, convertirse al cristianismo, cambiar de opinión, es una transformación o arrepentimiento profundo de dejar de hacer lo que antes hacíamos y comenzar un nuevo rumbo de acuerdo a las enseñanzas de Cristo. Por ejemplo: “Estás en un punto determinado y comienzas a caminar hacia el Norte, pero en tu caminar te detienes y decides cambiar de dirección y caminar hacia el Sur; esos es metanoia”.
Además, metanoia no es una actitud tomada una vez en la vida, es sin lugar a dudas, una acción continuada que no se detiene al pasar el tiempo; más bien se profundiza y se arraiga en el corazón al paso del mismo. Recuerdo que llamar “convertío” o “convertido” a alguien, era una manera de identificar a aquellos que decían haberse arrepentidos de sus pecados y habían decidido ser seguidores de Jesucristo y sus enseñanzas. ¡Allí vive el convertío!, ¡hay va la convertía!, ¡Y eso que es convertío!... Se espera de nosotros que vivamos una real vida de metanoia…
J&A
La palabra en griego (μετανοῖεν, metanoien) tiene una connotación, más que un sentimiento de culpa o remordimiento por haber actuado mal, hace referencia a un cambio de dirección significativo, convertirse al cristianismo, cambiar de opinión, es una transformación o arrepentimiento profundo de dejar de hacer lo que antes hacíamos y comenzar un nuevo rumbo de acuerdo a las enseñanzas de Cristo. Por ejemplo: “Estás en un punto determinado y comienzas a caminar hacia el Norte, pero en tu caminar te detienes y decides cambiar de dirección y caminar hacia el Sur; esos es metanoia”.
Además, metanoia no es una actitud tomada una vez en la vida, es sin lugar a dudas, una acción continuada que no se detiene al pasar el tiempo; más bien se profundiza y se arraiga en el corazón al paso del mismo. Recuerdo que llamar “convertío” o “convertido” a alguien, era una manera de identificar a aquellos que decían haberse arrepentidos de sus pecados y habían decidido ser seguidores de Jesucristo y sus enseñanzas. ¡Allí vive el convertío!, ¡hay va la convertía!, ¡Y eso que es convertío!... Se espera de nosotros que vivamos una real vida de metanoia…
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