Se escucha decir y con mucho tino, que a aquello que le dedicas toda tu atención es lo que realmente define tu vida y tus acciones cotidianas. Parece que todos estuviéramos en una tumultuosa carrera donde lo importante no son las personas sino las posesiones materiales, y es tan obvio, que se te trata por lo que tienes y no por lo que eres realmente. Lo preocupante de esta conducta es que la naturaleza humana no se conforma con lo que logra tener, por el contrario, se obsesiona por lograr obtener algo y cuando lo obtiene se siente insatisfecha con la posesión adquirida. Consecuentemente, se llega a un consumismo extremo esperando llenar una necesidad que solo existe en la mente y que te arrastra a una crisis en todos los órdenes.
En la prensa escrita local(diario libre) encontré lo siguiente: “A sus 83 años, Alan Greenspan quien fue expresidente de la Reserva Federal de EEUU desde el 1987 hasta 2006 cuando se desató la crisis mundial, durante décadas fue el buque insignia de la política monetaria de Estados Unidos. Y me interesaron sus declaraciones en una entrevista a la BBC de Londres donde dijo: “la insaciable capacidad de los seres humanos de pensar, en momentos de largos periodos de prosperidad, que ésta no va a terminar". Y añadió “Es la naturaleza humana. A menos que alguien encuentre la manera de cambiar la naturaleza humana, tendremos más crisis y ninguna se parecerá a esta porque no hay dos crisis que tengan algo en común, con la excepción de la naturaleza humana”.
Recordé de inmediato las enseñanzas de Cristo al decir: “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla, ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan, ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. (Mateo 6:19-21)
La naturaleza humana o corazón es “engañoso”, se ilusiona y espontáneamente se desilusiona. La inquietud del economista Alan tiene respuesta, sí!! El Apóstol Pablo se preguntó lo mismo (Romanos 7 BLS, VL): “…quien podrá librarme de esta naturaleza humana pecaminosa?…” la respuesta no se hizo esperar, y es la única solución que tiene la humanidad para salir de la profunda crisis en la que se encuentra, no solo crisis financiera sino crisis del alma, del espíritu, del cuerpo. La respuesta y solución a la crisis es “…¡Le doy gracias a Dios, porque sé que Jesucristo me ha librado! “Solo Cristo es la solución” “Es el camino, La verdad, La vida…” (Juan 14:6)
En la prensa escrita local(diario libre) encontré lo siguiente: “A sus 83 años, Alan Greenspan quien fue expresidente de la Reserva Federal de EEUU desde el 1987 hasta 2006 cuando se desató la crisis mundial, durante décadas fue el buque insignia de la política monetaria de Estados Unidos. Y me interesaron sus declaraciones en una entrevista a la BBC de Londres donde dijo: “la insaciable capacidad de los seres humanos de pensar, en momentos de largos periodos de prosperidad, que ésta no va a terminar". Y añadió “Es la naturaleza humana. A menos que alguien encuentre la manera de cambiar la naturaleza humana, tendremos más crisis y ninguna se parecerá a esta porque no hay dos crisis que tengan algo en común, con la excepción de la naturaleza humana”.
Recordé de inmediato las enseñanzas de Cristo al decir: “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla, ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan, ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. (Mateo 6:19-21)
La naturaleza humana o corazón es “engañoso”, se ilusiona y espontáneamente se desilusiona. La inquietud del economista Alan tiene respuesta, sí!! El Apóstol Pablo se preguntó lo mismo (Romanos 7 BLS, VL): “…quien podrá librarme de esta naturaleza humana pecaminosa?…” la respuesta no se hizo esperar, y es la única solución que tiene la humanidad para salir de la profunda crisis en la que se encuentra, no solo crisis financiera sino crisis del alma, del espíritu, del cuerpo. La respuesta y solución a la crisis es “…¡Le doy gracias a Dios, porque sé que Jesucristo me ha librado! “Solo Cristo es la solución” “Es el camino, La verdad, La vida…” (Juan 14:6)
J&A
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