Cuando el joven misionero Hudson Taylor fue a China, viajó en un barco de velas. Mientras que se acercaban a la Península de Malay y la isla de Sumatra, el misionero escuchó a alguien tocando la puerta de su cabina. Al abrir la puerta, encontró el capitán diciendo, "Señor Taylor, no hay viento. Estamos acercándonos a una isla donde temo se encuentran puros caníbales.""¿Qué puedo yo hacer?", preguntó el señor Taylor.
El capitán respondió, "Yo entiendo que tú eres un cristiano y que crees en Dios. Necesito que ores a Dios para que nos mande viento." "Está bien, capitán, yo lo haré. Pero primero tu necesitas levantar y abrir las velas". "Pero eso sería una locura", dijo el capitán. "No hay nada de viento. Además, los marineros creerán que soy loco." Pero después de mucha insistencia de parte del misionero, el capitán se sometió a lo que le exigía. El misionero Taylor finalizó diciendo: “primero levantas las velas entonces el viento soplará”. Después de cuarenta y cinco minutos, el capitán regresó para encontrar al misionero Taylor todavía sobre sus rodillas orando. "Puedes dejar de orar ahora", dijo el capitán. "No sabemos ni qué hacer con todo el viento que tenemos."
Es posible que tu vida esté detenida en alguna circunstancia adversa y sientas amenazas a tu alrededor, entonces es tiempo de levantar las velas de tu embarcación(tu vida) y orar hasta que sople el viento del Espíritu Santo llevándote a donde EL quiere y como EL quiere. “El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu Santo”. (Juan 3:8)
J&A
El capitán respondió, "Yo entiendo que tú eres un cristiano y que crees en Dios. Necesito que ores a Dios para que nos mande viento." "Está bien, capitán, yo lo haré. Pero primero tu necesitas levantar y abrir las velas". "Pero eso sería una locura", dijo el capitán. "No hay nada de viento. Además, los marineros creerán que soy loco." Pero después de mucha insistencia de parte del misionero, el capitán se sometió a lo que le exigía. El misionero Taylor finalizó diciendo: “primero levantas las velas entonces el viento soplará”. Después de cuarenta y cinco minutos, el capitán regresó para encontrar al misionero Taylor todavía sobre sus rodillas orando. "Puedes dejar de orar ahora", dijo el capitán. "No sabemos ni qué hacer con todo el viento que tenemos."
Es posible que tu vida esté detenida en alguna circunstancia adversa y sientas amenazas a tu alrededor, entonces es tiempo de levantar las velas de tu embarcación(tu vida) y orar hasta que sople el viento del Espíritu Santo llevándote a donde EL quiere y como EL quiere. “El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu Santo”. (Juan 3:8)
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