Dado que estoy en Cristo, por la gracia de Dios...
Soy justificado -perdonado y hecho justo (Romanos 5:1).
Morí con Cristo y morí al dominio del pecado sobre mi vida (Romanos 6:1-6).
Soy libre para siempre de la condenación (Romanos 8:1).
Estoy en Cristo por lo que Dios hizo (1 Corintios 1:30).
Recibí e! Espíritu de Dios en mi vida para que pueda conocer las
cosas que Dios me ha dado libremente (1 Corintios 2:12)
Tengo la mente de Cristo (1 Corintios 2:16).
Fui comprado por precio, no me pertenezco; pertenezco a Dios (1 Corintios 6:19-20).
Fui creado, ungido y sellado por Dios en Cristo, que me concedió
e! Espíritu Santo como garantía de la promesa para la herencia
que vendrá (2 Corintios 1:21; Efesios 1:13,14).
Desde que morí, no vivo para mí, vivo para Cristo (2 Corintios 5:14-15).
Fui hecho justicia (2 Corintios 5:21).
Fui crucificado con Cristo y él vive en mí. La vida que vivo es de
Cristo (Gálatas 2:20).
Soy bendecido con toda bendición espiritual (Efesios 1:3).
Dios me escogió desde antes de la fundación del mundo para ser
santo y sin mancha delante de El (Efesios 1:14).
Fui predestinado por Dios y adoptado como hijo suyo (Efesios 1 :5).
Fui redimido y perdonado, soy receptor de su abundante gracia (Efesios 1:17).
Tengo vida con Cristo (Efesios 2:5).
Dios me levantó y me hizo sentar junto a Él en e! cielo (Efesios 2:6).
Tengo acceso directo a Dios por e! Espíritu (Efesios 2:18).
Tengo acceso a Dios libremente y con confianza (Efesios 3:12).
Fui rescatado del dominio de Satanás y llevado al Reino de Cristo (Colosenses 1:13).
Fui redimido y perdonado de mis pecados. Mi deuda fue cancelada (Colosenses 1:14).
Cristo mismo vive en mí (Colosenses 1:27).
Estoy arraigado y edificado en Cristo (Colosenses 2:7).
Estoy completo en Cristo (Colosenses 2:10).
Fui circuncidado espiritualmente (Colosenses 2:11).
Fui sepultado, resucitado y vivo en Cristo (Colosenses 2:12,13).
Morí con Cristo y resucité con Él. Mi vida es escondida con Cristo.
Él es mi vida (Colosenses 3:1,4).
Tengo un espíritu poderoso, de amor y dominio propio (2 Timoteo 1:7).
Fui salvado y y puesto aparte, conforme a lo que Dios hizo (2 Timoteo 1:9; Tito 3:5).
Porque soy santificado y uno con el santificador, Él no se avergüenza
de llamarme hermano (Hebreos 2:11).
Tengo derecho de acercarme al trono de la gracia de Dios y
encontrar misericordia en los malos tiempos (Hebreos 4:16).
Dios me dio abundante gracia y preciosas promesas por lo que soy
participante de la naturaleza divina (2 Pedro 1:4).
SI CREES, CONFIESAS Y VIVES POR ESTAS VERDADES ENTONCES SERAS LIBRE!!!
Victoria sobre la oscuridad – Neil Anderson
J&A
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